El jueves 17, en conmemoración del Día del Respeto a la Diversidad Cultural, llevamos adelante una clase abierta para repensar la historia y la cultura de la que somos parte.

La propuesta involucró a todos los estudiantes de nuestra escuela en ambos turnos durante las primeras dos horas.

Nos convocó en este espacio de encuentro, una vez más, una fecha que nos sigue o nos debería seguir interpelando como ciudadanos y sujetos políticos del territorio latinoamericano: la conmemoración de la diversidad cultural, frente a acciones y discursos que fueron y continúan siendo racistas, xenófobos, etnocidas y genocidas. 

Es esta nuestra oportunidad para repensar nuestra cultura, nuestra historia, nuestra política y nuestra sociedad; en definitiva, para repensar todas nuestras acciones como miembros de una comunidad que se funda en sus valores, rituales y tradiciones. 

También es nuestra oportunidad para volver a pensar los conceptos con los que hemos venido aprendiendo nuestra historia y nuestros roles dentro de las comunidades locales, regionales, nacionales e internacionales de las que somos parte. 

¿De qué hablamos cuando hablamos de DIVERSIDAD? ¿De qué hablamos cuando hablamos de CULTURA?

Mencionamos al comienzo dos conceptos que son importantes para dialogar y debatir acerca de esta fecha: GENOCIDIO y ETNOCIDIO. En palabras simples, el GENOCIDIO es la negación del derecho de existencia a grupos humanos enteros; y el ETNOCIDIO es la destrucción deliberada de la cultura de un pueblo. ¿Conocían estos conceptos?

Esto fue lo que sucedió en este territorio, el que hoy compartimos, desde el 12 de octubre de 1492. No fue un “CONTACTO DE CULTURAS”. No fue “CIVILIZACIÓN”. Tampoco fue “PROGRESO”. Podemos volver a preguntarnos por qué. 

Nos parece oportuno recordar el texto de Eduardo Galeano, que breve y efectivamente revisa el hecho histórico que aquí intentamos repensar:

Octubre

12

El descubrimiento

En 1492, los nativos descubrieron que eran indios,

descubrieron que vivían en América,

descubrieron que estaban desnudos,

descubrieron que existía el pecado,

descubrieron que debían obediencia a un rey y a una reina de otro mundo y a un dios de otro cielo, y que ese dios había inventado la culpa y el vestido

y había mandado que fuera quemado vivo quien adorara al sol y a la luna y a la tierra y a la lluvia que la moja.

Eduardo Galeano

De: Los hijos de los días

Hasta el día de hoy, son lamentablemente muchos los testimonios de violencia, sometimiento, destrucción y muerte que sufrieron los pueblos en nuestro territorio con la llegada de los llamados “CONQUISTADORES”. En nombre de la “CIVILIZACIÓN”, se negó su cultura. En nombre de la “CIVILIZACIÓN”, se negaron sus lenguas. En nombre de la “CIVILIZACIÓN”, se negó su identidad ancestral, espiritual y territorial. 

Ahora bien, y ya que estamos revisando nuestra historia, nos parece sumamente válido preguntarnos: ¿LA VIOLENCIA TERMINÓ?

Frente a este interrogante, les propusimos leer, discutir, interpretar y analizar tres situaciones de violencia y discriminación particulares y reales que se dieron en nuestra escuela:

  • LA SEMANA PASADA EN LA MARATÓN DE LECTURA, UN ESTUDIANTE LE GRITÓ A OTRO: “¡PARAGUAYO DE MIERDA!”. 
  • EN UNA CLASE DE LENGUA, UN ESTUDIANTE SE BURLA IMITANDO LA MANERA DE HABLAR DE OTRO ESTUDIANTE. 
  • ES HABITUAL ESCUCHAR EN LOS RECREOS A ESTUDIANTES QUE SE REFIEREN A SUS COMPAÑEROS COMO “PUTOS” O “MARICONES”. 

La escuela debe ser un ESPACIO QUE DEBE BRINDAR SEGURIDAD FÍSICA Y EMOCIONAL a todas, todos y todes. ¿A ustedes les parece que es así teniendo en cuenta las tres situaciones que acabamos de presentar? 

No. ¿Por qué? 

Sí. ¿Por qué? 

A partir de estas tres situaciones, los estudiantes trataron de pensar y buscar acciones superadoras que nos permitan encontrarnos en lugares que no sean los de la discriminación y la violencia.

Compartimos algunas de esas miradas:

Estaría bueno que se trabaje más en el colegio el respeto a las diferentes culturas.

Es importante tener en cuenta los sentimientos de las otras personas.

Hay que trabajar todos estos temas con los padres en reuniones en la escuela y que después puedan tratarlos en la casa.

No tenemos el derecho de burlarnos de otros por su identidad y su cultura.

La identidad es lo que nos hace diferentes y únicos.

En la escuela todos tenemos que detectar estos problemas para no dejarlos pasar y trabajarlos entre los directivos, los profesores, los padres y nosotros.

Tenemos que ser capaces de respetarnos y dialogar sobre lo que nos pasa.

Hay que realizar asambleas o talleres de convivencia.

Que los estudiantes agresores hagan trabajo comunitario para la escuela.

Hay que crear espacios donde las personas puedan expresar sus sentimientos y preocupaciones sin recurrir a malas palabras o acciones agresivas. Promover la comunicación abierta ayuda a resolver conflictos.

Debemos ser un ejemplo al usar un lenguaje respetuoso o amable. A veces las personas imitan lo que ven en su entorno.

Es importante poder realizar talleres o charlas sobre la importancia del lenguaje y cómo las palabras pueden afectar a los demás.

Hay que hacer asambleas o reuniones con los padres.

¿Cuál es el punto de ser xenófobo? Para evitar estos problemas se necesitan más charlas sobre el respeto a la identidad de las personas y a las diversas costumbres y creencias.

Siempre debemos tener en cuenta y respetar los sentimientos de las otras personas.

Puntos de vista que tienen que ser nuestro motor para seguir trabajado en pos de una escuela más segura y más inclusiva.

Categorías: Blog

0 Comentarios

Deja un comentario

Avatar placeholder

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *