En el segundo cuatrimestre, las y los estudiantes de 1ero del turno mañana y del turno tarde estuvimos leyendo y aprendiendo sobre la mitología como una manera de interpretar y narrar el mundo.

La mitología es el conjunto de mitos de una determinada comunidad. Los mitos son narraciones breves que surgieron colectivamente de manera oral y fueron pasando de boca en boca a través de las distintas generaciones hasta nuestros días. Cuentan el origen de algo que es significativo para los miembros de esa comunidad.

Existe un antiguo mito que sostiene que contar historias puede curar enfermedades o salvar; sin historias viviríamos un presente viejo.

Marcela Serrano, escritora chilena

Con el paso del tiempo, las autoras y los autores alrededor del mundo han tomando distintos mitos de diferentes culturas y han escrito su versión literaria de ellos. Les recomendamos “Fundación de la contaminación”, de Eduardo Galeano, y “Así Pan Gu lo creó todo”, de Fabián Sevilla.

Ilustración de “Fundación de la contaminación” realizada por Alexander Calfumil (1ero turno mañana)

Los mitos nos permiten entender cómo eran las cosas al comienzo, cuando todavía no existían formalmente la historia y la ciencia.

Así como Eduardo Galeano y Fabián Sevilla escribieron sus versiones de mitos universales, nosotros también quisimos crear nuestros propios mitos. Les compartimos algunos de ellos.

El origen del agua

Por Alexander Calfumil, Nicol Montiel y Azul Santillán

Cuando no existían ni el Sol ni el agua ni siquiera la vida, sólo existía Koof, el dios de todas las cosas.

Un día, Koof se sintió tan solo y triste en medio de la oscuridad que comenzó a llorar. Lloró tanto que sus lágrimas inundaron el espacio y así se creó el agua.

La princesa real

Por Carolina Herrera

En un tiempo antes del tiempo, en un pueblo llamado Carak, no había agua, lo que provocaba que sus habitantes murieran poco a poco. La hija de los reyes, que seguían órdenes de los dioses todopoderosos, salió a caminar. Al ver un monte largo y alto que al bajar llegaba a las orillas del pueblo, se le ocurrió una idea. Ella andaba con un “cullicho”, que era un arma afilada creada para matar. Le rezó a los dioses para que su muerte no fuera en vano para nadie. Se clavó el “cullicho” y mientras abandonaba la vida, derramó lágrimas de dolor y amor, las que formaron una cascada seguida de otra que llegaron al pueblo. Contenía piedras plateadas, frutos y flores. Al tomar de ella, los humanos podían curar cualquier dolencia y enfermedad. Todos los males que los atormentaban se convertían en alimentos, arcoíris y animales como un león, un caballo y una tortuga, según qué tan fuerte fuera el mal de cada persona.

El sol y la luna

Por Fiorella Mella, Francesca Seguel y Yamila Zigarra

Hubo un dios que permitió que el Sol y la Luna vivieran entre los humanos. Al pasar el tiempo, formaron una vida juntos, pero discutían a menudo. La Luna, de tantas discusiones, se cansó y volvió al cielo. El Sol la veía desde la Tierra y se sentía cada vez más solo. Entonces, decidió volver al cielo también. Se pensaban y se extrañaban. Ante esto, el dios permitió que pudieran reunirse cada doscientos años, formando un eclipse hermoso.

Si ven un eclipse rojo, no se asusten. Son el Sol y la Luna mostrando el inmenso amor que se tienen.

El agua y el fuego

Por Tiziano Vejar, Ignacio Jaramillo y Laureano Barra

En un tiempo en que la Tierra estaba armándose, el océano estaba seco. Entonces, el rey Agüita decidió engendrar a su hijo heredero, que gobernaría el océano y la lluvia. Por otra parte, la reina Llamita también buscaba un hijo porque estaba haciéndose vieja. Agüita y Llamita resolvieron unirse y tuvieron dos hijos. De su unión nacieron Agüita Júnior y Llamita Júnior. Al principio no se llevaban muy bien y peleaban a diario. Pero con el paso del tiempo, aprendieron a quererse. Se pusieron de acuerdo y juntos se convirtieron en los dioses del agua y el fuego, las dos grandes fuerzas transformadoras de la Naturaleza.

Por siempre juntas

Por Fiorella Mella, Francesca Seguel y Yamila Zigarra

En un pueblo vivían dos chicas que estaban enamoradas y sus padres no lo aceptaban. Por esa razón, las separaron. Una de ellas le pidió de rodillas a la Luna volver a ver a su amada. La Luna, entonces, creó un puente de plata por el cual las dos enamoradas subieron al cielo y se convirtieron en estrellas para estar siempre juntas.

El sol y la luna

Por Abril Krbavcic y Amaro Ortiz

El Sol y la Luna eran muy unidos. Pero la Luna decidió separarse del Sol, porque lo veía muy apagado y quería que se volviera a enamorar de ella. Entonces, regresó adonde estaba el Sol a decirle cosas para lograrlo y lo consiguió. Sin embargo, el dios de todas las cosas no lo permitió. Cada uno tenía que estar en su lugar y no podían estar juntos.

El origen de las plantas

Por Milagros Rivas

Al comienzo, el mundo era un mundo vacío. Parecía una isla o un desierto. El dios de ese mundo, entonces, usó su magia y creó a las plantas para ayudarlo a dar sombra y vida.

El barro de la vida

Por Thiago Bravo

En un tiempo muy pasado, había un niño muy aburrido. Ese niño era el dios de la vida. Un día, se puso a jugar con barro y creó una figura. Con el paso del tiempo, a esta estatua se le comenzó a caer el barro y de ella surgió un humano. Desde entonces, el dios niño nunca más se aburrió.

El pequeño colibrí

Por Laureano Barra

En una Tierra seca y sin verde, el pequeño dios colibrí estaba triste, razón por la cual no había nada verde. Cierto día, a un astuto zorro se le ocurrió una idea: conseguirle una esposa, porque se decía que estaba muy solo. Entonces, el zorro convenció a una colibrí y se la presentó al dios colibrí. El pequeño dios se puso muy contento. No así el zorro, que se puso muy celoso y los mató a los dos. De la sangre de los dos colibríes nació el verdor de la Tierra.

El zorro y la luna

Por Amaro Ortiz

Se dice que había un zorro que quedaba siempre cautivado por la luminosidad de la Luna. Tal era su anhelo de estar junto a ella, que una noche el zorro subió a una montaña muy alta y le pidió a la Luna que lo dejara subir. La Luna, conmovida, dejó caer una soga de plata para que el zorro subiera y desde entonces, la Luna empezó a brillar por estar junto al zorro.

El día que nació el amor

Por Thiago Bravo

En un tiempo muy lejano, había una chica y un guerrero. Tras una de sus batallas, el guerrero quedó muy lastimado física y sentimentalmente debido a las grandes pérdidas que representaban.

Un día, vio a la chica, a la que se le había caído su collar. En ese momento, el guerrero sintió cosas que nunca nadie sintió antes en el mundo entero. Ella huyó rápidamente, porque se asustó al verlo. Él la persiguió a pesar de sus heridas recientes. Cuando la alcanzó, se arrodilló sangrando, le entregó su collar y le dijo todo lo que por ella sentía.

Ese día nació el amor.

El origen de la familia

Por Miguel Jaramillo

Alguna vez, hubo un hombre y una mujer que querían tener un hijo o una hija. La mujer no podía tener hijos, por eso le pidieron ayuda al dios sabio que todo lo puede.

El dios les dijo que los ayudaba. Tenían que hacer crecer una semilla nueva en el mundo. Debían regarla y protegerla de todos los peligros. Si lograban que diera frutos, entonces estaban listos para tener un hijo.

El hombre y la mujer le hicieron caso. Cultivaron la nueva semilla en el mundo hasta que un día por fin asomaron los primeros frutos. El hombre y la mujer lloraron de la emoción.

Como fue prometido, el dios les concedió la bendición de un hermoso hijo, al que cuidaron como lo habían hecho con la semilla.

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